La gratitud me presentó a una amiga
La creatividad y la gratitud son besties, se apoyan, se impulsan, se sostienen.
Hay una cosa que siempre me ha sorprendido de la gratitud: nunca está sola. No porque no sepa estar consigo misma, porque tenga problemas de dependencia o porque no haya aprendido a soltar. Es porque es tan genial que todos quieren estar con ella y ser sus besties.
Cuando supe que iba a ser mamá, la gratitud, que siempre ha sido mi terapeuta personal, llamó a la abundancia para que transitara el embarazo conmigo. Más agradecía, más recibía. Era una cosa muy loca. Lástima que no pedí ganarme la lotería porque les juro que me habría tocado.
Dos años después, tras pasar por una etapa de oscurantismo cerebral, de sequía verbal, de ansiedad maternal; la gratitud y yo seguimos juntas, aunque los compañeros de camino han ido cambiando. En aquella época densa e inestable del posparto, la gratitud pidió a la paciencia que estuviera cerca. Y vaya si se acercó. La paciencia me lanzó una cuerda larga y robusta y me dijo" “sujétate bien, que entre gratitud y yo te ayudaremos a salir de ese abismo”.
Hace un año, poco después de mudarnos al campo, la gratitud trajo a la aceptación. Y ella ha paseado conmigo durante las largas tardes de soledad, de silencio ensordecedor. Ella me ha abrazado cuando la tristeza ha brotado en mi jardín, me ha ayudado a desmalezarlo, me ha protegido y me ha permitido la serenidad en medio de esta plaga de angustia y de incertidumbre que parece imposible de quitar. Y ahora viene la gratitud y trae a su amiga más bombastic, la creatividad. Esta es la amiga loca, la espontánea, la que inventa planes inesperados, la que te lleva con los ojos vendados a lanzarte en bungee, te arrastra al borde del puente y te empuja para que vivas una emoción sin igual. Esta es la pana más pana, la que todos admiran por su energía inagotable y su sonrisa permanente, porque es la que no se sienta a restregarse en la lástima, sino la que se levanta y empieza a caminar en círculos buscando una solución.
Ayer una persona muy querida me invitó a participar en una práctica espiritual que tenía muchas ganas de conocer en mayor profundidad. Sin embargo, no tengo ahora los medios económicos para hacer la inscripción. Y cuando se lo comenté me dijo “tú hazla, inscríbete y me la pagas por partes o hacemos un intercambio”. Y yo, honradísima y agradecidísima acepté. Sentí una gratitud profunda y especial porque sé que esta experiencia será una puerta hacia un mundo interior al que necesito volver y que merece limpieza y cuidados.
Me quedé dándole vueltas al tema pensando qué podía yo ofrecerle a esta mujer que es luz, una mujer tan admirada y poderosa, tan auténtica. Me sentía emocionada por su gesto y agradecida por la oportunidad, pero mi inseparable impostor me hizo pensar que yo no tenía nada de valor que ofrecerle a ella. Así estuve un rato hasta que la gratitud regresó con la creatividad y en un instante hicimos la magia. Imágenes claras y brillantes empezaron a llegarme, ideas bellísimas fluyendo junto a esa sensación de plenitud que ofrece un propósito ligado al servicio. Visualicé cada detalle, me apoderé de esa visión y la absorbí en mi sistema.
Fue, sin duda, uno de esos momentos que realmente no sabes explicar. Sabemos que somos fuerza creadora y que tenemos un poder dentro que nos impulsa a hacer cosas grandiosas, pero a veces (amigos creadores, sé que no estoy sola en esto), a veces parece que una fuerza oculta y sublime te manda información y tú te conviertes en un traductor, en un ejecutor de una idea que vino desde otro espacio, desde otra fuente.
Y entonces la gratitud se multiplica y entiendes que la abundancia nunca se fue, que la paciencia sigue siendo maestra y compañera, que la aceptación es una poderosa herramienta para la paz y que la creatividad es un canal gratuito y multidireccional al que puedes conectarte desde la autenticidad más rotunda y hacer maravillas.
Así que, queridas y queridos, háganse amiguis de la gratitud. Recíbanla y expándanse junto a ella. Desde su perspectiva la vida se ve más amable, más bondadosa, más generosa, más ligera. Háganle un huequito en sus rutinas, les prometo que transformará sus días.
Gracias por estar, gracias por tu tiempo <3
Cositas interesantes
Por falta de tiempo dejé de publicar las recomendaciones no pedidas que les traía semanalmente y el poema quincenal, pero no quiero perder del todo esa pequeña e íntima tradición de mostrarles una parte de lo que soy a través de la música, la poesía, el arte en general. Así que a partir de ahora les dejaré tras cada newsletter un mini pack no solicitado de arte lleno de autenticidad. Hoy, orgullo latino:
Por favor, seamos poesía
MANTO · Nancy Morejón (Cuba)
Oh las palabras formando un manto
a mi alrededor.
La pureza de sus sonidos
anda corriendo sobre mi funda de bambula.
Oh las palabras sonando sobre el lago
de un país de África del Sur.
Cuántas palabras entretejidas que no necesito ver
sino escuchar como estrujadas, a una vez,
en el fondo de los océanos,
hasta que un delfín asoma su cola triunfal
en el centro de las madréporas
y un canto de sirena va empujando su nariz rosa
hasta la punta de una luna,
esa luna que las palabras van tejiendo
con una hebra de plata
que tiene como fondo el ardor de las algas ondeantes,
una hebra de plata que se agiganta
como en la música de mi vecino José Claro Fumero
y se transforma en un precioso manto tibio para mi bien.
* * *
Es asi y es increíble porque parece magia: cuando apoyamos a alguien y cuando sentimos gratitud por lo que recibimos de otros, trae de vuelta como "pago" (no solicitado pero si agradecido) esos momentos de luz y de creatividad que nos impulsan hacia adelante. ¡Gracias por eso!
Gracias a ti, Guillermo, que eres siempre fuente de inspiración. ¡Que la creatividad nos mantenga salvajes y honestos, amigo! 🫂